Lance Keimig es un fotógrafo, instructor y escritor de fotografía nocturna estadounidense. Se considera extremadamente afortunado de poder hacer el trabajo que ama y de compartir lo que ha aprendido con otros que se han contagiado de la fiebre de la fotografía nocturna.
La fotografía nocturna ha sido la pasión de Lance desde que le entregaron una cámara por primera vez hace 30 años. Desde los primeros rollos de película que filmó, quedó fascinado con la forma en que se puede expresar y distorsionar el tiempo con la fotografía de larga exposición. La capacidad de hacer imágenes que registren el tiempo de manera diferente a cómo lo percibimos con nuestros ojos le ha llamado la atención siempre.
Después de agotar todas las clases de fotografía en el colegio comunitario local, se mudó a San Francisco para estudiar con el legendario fotógrafo nocturno del Área de la Bahía, Steve Harper. Estudiar con Steve fue una experiencia que le cambió la vida. En sus clases aprendió no solo sobre fotografía nocturna, sino lo que significaba ser un gran maestro. Cuando comenzó a impartir sus propios talleres ocho años después, basados en su tiempo con Steve. Sus clases se trataban de compartir ideas. No hubo competencia, ni rivalidad, y los estudiantes y el instructor trabajaron y aprendieron juntos en el entorno más solidario y amigable que jamás haya experimentado.
Lance enseñó su primer taller de fotografía nocturna en Rayko Photo Center en San Francisco en 1998, y después de esa experiencia supo que quería enseñar. Dentonces, ha impartido más de 100 talleres de fotografía nocturna en los EE. UU. y ha dirigido más de 20 giras fotográficas internacionales. Ha escrito 2 libros sobre el tema y ha dado conferencias sobre fotografía nocturna en conferencias en Glasgow y San Paulo, en Photo Plus Expo y en la School of Visual Art de Nueva York, así como en Boston, Houston y San Francisco.
Para él, enseñar no se trata de mostrarle a la gente cómo hacer lo que él hace, sino de ayudar a la gente a abrir las puertas y ventanas a su propia creatividad y a encontrarle sentido a su trabajo. Mucho más que los aspectos técnicos de la fotografía, se trata de enfrentar esas grandes preguntas que conducen al crecimiento real como artista.
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