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Recientemente hemos decidido volver a jugar en la Nintendo Switch, es decir, en su última versión OLED con pantalla de 7 pulgadas y puerto LAN integrado en la base. Hemos creído que esto suponía una buena oportunidad para dar a conocer algunos aspectos de la consola híbrida de Nintendo, que compramos el primer día que salió, en marzo de 2017, así que teníamos mucha curiosidad por su reciente revisión OLED.
La buena noticia es que si nos gusta jugar en cualquier parte, apreciamos la flexibilidad y no nos importan mucho los gráficos, la Switch sigue siendo una plataforma genial. No obstante, cabe matizar que, si nos preocupan los gráficos, entonces la Switch se disfruta mejor en la pantalla OLED de la propia unidad o en monitores de tamaño reducido. Para ser justos, la actualización a OLED dice mucho sobre el compromiso de Nintendo con los juegos portátiles, dado que el nuevo modelo no supone ventaja alguna respecto a la Switch lanzada en 2017 en lo que se refiere al modo acoplado. Tendremos que esperar a la inevitable sucesora de la Switch para obtener un mejor rendimiento acoplado.
A pesar de haberse lanzado hace cinco años y de ser apenas más potente que una Xbox 360 o una PS3, la Switch consigue brindar una experiencia de juego impresionante, especialmente con los propios títulos de Nintendo. Si nos gustan Mario y Zelda, en general podremos disfrutar de 720p a 60 Hz en la portátil y 1080p a 60 Hz en modo acoplado. Sin embargo, juegos más de moda o importantes como The Witcher 3 sencillamente no se ven tan bien como en PS4 o en Xbox One, y ya ni digamos que en PS5, Xbox Series X/S o en PC para juegos. Cualquier juego gráficamente complejo tiene que sacrificar texturas, geometría de objetos y efectos visuales para poder ejecutarse en una Switch con una velocidad de fotogramas aceptable. Eso no quiere decir que los títulos AAA se vean mal en Switch, sino que se ven mucho más simplificados y “planos” que en otras plataformas, lo que nos conduce al siguiente punto.
Las imágenes de 720p o 1080p de la Switch no se plasman muy bien en televisores y monitores grandes. Al jugar a The Witcher 3 y Sniper Elite 4 en Switch OLED con un televisor QLED de 55 pulgadas, las imágenes obviamente serán de inferior calidad que las de los mismos juegos ejecutados en PS5 y Xbox Series X/S. Cuanto más grande sea la pantalla, más evidentes serán las deficiencias en cuanto al rendimiento de los gráficos. Al fin y al cabo, la Switch está pensada para ser una muy buena consola portátil, con salida de televisión como mera opción. De hecho, para ser sinceros, no creemos que la consola esté diseñada para algo más allá de las 32 pulgadas.
Los magníficos ingenieros de Nintendo diseñaron la Switch para 1280x720 en una pantalla de 6,2 pulgadas o, en el caso del modelo OLED, de 7 pulgadas. En lo que se refiere a este último modelo, eso supone aproximadamente 200 píxeles por pulgada (ppp), que es un valor de alta densidad que se ve muy bien. Tengamos en cuenta que, por lo general, aproximadamente 100-110 píxeles por pulgada son un buen valor, y 300 ppp es “retina”, como a Apple le gusta describir la visualización óptima. Con este dato en mente, queda claro por qué Switch se ve mejor en modo portátil.
Si vemos nuestra Switch en un televisor de 65 pulgadas en 1920x1080, la densidad de píxeles se reduce a 32. Sí: 32 píxeles por pulgada. Demasiado poco. Los gráficos se ven ampliados, borrosos, planos y muy pobres. Aunque podemos probar a sentarnos muy lejos de la pantalla para mitigar este efecto, está claro que esa no es la solución más adecuada.
Dicho todo eso, si jugamos fundamentalmente en el modo portátil de nuestra Switch OLED pero queremos disfrutarla ocasionalmente en una pantalla más grande, el mejor término medio son los monitores más pequeños. Por ejemplo, un monitor de 25 pulgadas a 1920x1080 ofrece una densidad cercana a los 90 píxeles por pulgada, lo cual está bien. La mayoría de la gente no notará la diferencia respecto a 100 ppp. Pero 32, desde luego, es demasiado poco.
Y todo esto suponiendo que la base de la Switch OLED emita 1080p a la pantalla que elijamos. En muchos casos, eso no se cumplirá. Si ejecutamos un título AAA como The Witcher 3 o Doom Eternal, a menudo la resolución acoplada caerá muy por debajo de los 1080p, lo que reducirá la densidad de píxeles. Una vez más, nos gustaría reiterar que esto no es una crítica contra la Switch, dado que esta consola se diseñó realmente para disfrutarla en la pequeña pantalla portátil, al menos para quienes prefieren los gráficos nítidos y detallados. Si no nos importa sacrificar ese aspecto, entonces, no hay nada de malo en jugar a la Switch tal cual en una pantalla grande.
De hecho, un monitor para juegos rápido de 1080p con HDMI es una excelente pantalla para la Nintendo Switch OLED acoplada. Aunque no sea tan nítida como la pantalla portátil de 7 pulgadas, fue lo mejor que conseguimos para disfrutar de unos buenos gráficos con la consola en modo acoplado. Nuestros intentos de ajustar los televisores de pantalla grande no lograron que las imágenes de la Switch se vieran bien, pero con el monitor adecuado obtuvimos buenos resultados desde el primer momento y sin necesidad de ajustar la configuración. ¡Algo en lo que pensar si somos grandes fanes de la Switch!